Esta semana ha habido un tema crucial en mi mente. Tanto en clases como en mi vida personal he estado pensando en lo circunstancial que es aceptar lo que hemos vivido, sea bueno como malo, y nunca pretender como que muchas cosas no ocurrieron.
Hace un año o un poco más en realidad, conocí a un tipo repentinamente. Literalmente golpeó la puerta de mi casa. Era amigo de un amigo y llegó a una fiesta. De entrada no hablamos mucho y a pesar que me avergüence decirlo, el "Rock Band" y unas cuantas canciones de Rock ochentero y de los noventa nos unió. Él jugaba con la guitarra y yo con la batería. Todo pasó muy rápido y sin notarlo estábamos conversando los dos solos en mi terraza. Él me miraba casi con admiración y me cohibí porque sinceramente en aquel entonces tenía un autoestima muy baja y no estaba acostumbrada a coquetear.
La noche empezó a pasar y algo raro me pasó, sentí como que él realmente me entendía. Su nombre era Felipe. Estaba saliendo del colegio y a mí aún me quedaban dos años. La diferencia realmente no era tanto y nos reíamos demasiado. Me dijo que me invitaría a tomar helado y le creí - sonaba sincero. Al día siguiente esperé que me agregara a facebook, pero nada... finalmente decidí tomar la iniciativa (algo que quizás no haría actualmente) y le envié una solicitud.
A las pocas horas me envió un mensaje que decía: "No era que yo te tenía que agregar? O quizás no lo recuerdo bien"
Finalmente me reí cancelé la solicitud y el terminó agregándome. La conversación siguió por unos días hasta que el me contó que se iba de vacaciones muy pronto y que no tendríamos oportunidad de vernos. Así como empezó sentí que terminaba. Comencé a salir con alguien más pero no era lo mismo, no había química y esa única cita terminó rápidamente.
Cuando había perdido las esperanzas de volver a hablarle apareció diciéndome que estaba en la ciudad nuevamente. No quería contestarle porque él ya había vuelto hace 4 días y no me había dicho nada, pero al notar que no le respondía me siguió hablando hasta que preguntó "Ya te olvidaste de mí?"
Comenzamos a hablar y fue como si nunca hubiese habido un lapsus. Nos conectamos en un nivel extraño porque tan solo nos habíamos visto una vez. Empezamos a hablar todos los días y nos llamábamos por teléfono de vez en cuando. Él empezó a preguntarme incluso lo que iba a hacer para San Valentín y cada día comenzó a atraerme más y más.
Sabía que en el fondo podía estar pasando un rollo gigante en mi cabeza, pero realmente sentía como si a Felipe le ocurriera lo mismo.
Todo comenzó a fallar cuando yo me fui de vacaciones también. El 14 de febrero se aproximaba y él estaba cada vez más extraño. Lo presentí una mañana cuando él me dijo que su ex había tenido un accidente. Algo dentro de mí lo intuyó. Él aún no la superaba.
Una de esas noches conocí a un tipo que se llamaba Javier. Lo había visto de lejos el verano pasado y lo había encontrado guapo. Javier pidió mi número y me estuvo llamando mucho. La noche del 13 de febrero nos besamos y me sentí muy culpable. A mi me gustaba Felipe en el fondo.
A pesar que temía hacerlo le conté a Felipe lo que pasó y él me dijo que tenía algo que contarme y que le gustaba una niña que no era yo. Después de 4 horas de conversación y yo llorando a mares, habíamos quedado en buena pero sin ser amigos ni nada. Al día siguiente me llamó y me siguió buscando por semanas. Me llamó una noche ebrio y me dijo que él realmente me quería a mí que su ex ya no le importaba. Ahora y después de lo que pasé quizás mis reacciones habrían sido diferentes. Fui pesada e inmadura y a veces lo extraño mucho. Ya no nos hablamos y probablemente él me odia por todas las cosas feas que tuve que decirle para que no me hablara y me dejase de hacer daño.
Ha pasado tiempo, tuve mi primera relación y sigo pensando en Felipe. La pregunta ahora es ¿Por qué? Él era quien siempre volvía. Luego de nuestra última conversación pasaron 7 meses y lo volví a ver en un concierto. Se me paró al lado y no nos dijimos nada. No sé si fue miedo o rencor, pero definitivamente él notó mi presencia.
A pesar de que él me hizo sufrir y en muchas ocasiones jugó con mis sentimientos tengo que admitir que sucedió y que mirar conversaciones que tuve con él me ayudan a entender mi presente y a no cometer los mismos errores nuevamente.
Muchas veces se ha dicho que es necesario aceptar el pasado para finalmente avanzar y poder soltar. Quizás aún no soy capaz de encontrar el cierre a ese ciclo y probablemente me lo vuelva a topar en el futuro. Puede que no ocurra nada... pero él siempre va a significar mucho porque fue la primera persona que me brindó confianza en mí y que me enseñó a ver que yo si valía la pena. Que no bastaba más de 3 horas para identificar algo realmente especial en mí.
Luego de él han habido malas experiencias y actualmente estoy pasando por un período de miedo insensato al compromiso. No miedo al amor sino al desamor. A no tener tema de conversación o a simplemente cerrar las puertas a alguien más. Quizás el Felipe indicado aún no llega. Pero solo se que en el fondo no puedo pretender que cometí errores, todos lo hacemos, el tema está en aprender de ellos y a no negarlos, porque no aceptarlos nos estanca en un punto de miedo a enfrentarte a esas personas o situaciones nuevamente.
Tuve el corazón roto y sobreviví. Conocí personas que no valían la pena a quienes les di mi confianza y sigo viva. Solo espero que alguien haya sido capaz de leer hasta acá.