Hoy vi un programa en el que hablaban de los quiebres en las relaciones y cómo había que enfrentarlos. La verdad nunca es fácil y cuesta admitir que en ocasiones la otra persona no quiere tenernos más en su vida. Es algo natural y humano, pero el ser humano no está preparado para entenderlo y nos enredamos buscando un por qué. "¿Será acaso porque hice algo mal?" Enjaulamos nuestros pensamientos y buscamos razones y respuestas a preguntas que realmente no queremos que sean contestadas.
Nos atamos a personas. No sabemos cómo ni cuando alguien se hace indispensable, pero cuando se marcha o cuando uno no sabe qué estará atravesando la mente del otro, nuestra mente es nuestro peor enemigo...
Nos pasamos película y media para evitar pensar en razones reales. Pasamos por etapas: negación ( inventamos un paraíso para evitar afrontar la verdadera realidad), depresión (nos planteamos el peor escenario posible) e incluso nos bajamos el autoestima.
Nos planteamos mil y un posibilidades porque queremos creer que hay un destino no escrito y que las cosas pueden cambiar. Sin embargo la pesadez sigue con nosotros como una conciencia constante. En el silencio te pienso a gritos, y en silencio me quedo en el día.
miércoles, 16 de julio de 2014
miércoles, 2 de julio de 2014
Miedo
Hay un miedo irracional que nos ataca cuando menos lo esperamos. No lo podemos controlar, simplemente lo sentimos y no podemos escapar de él.
Recuerdos, chispazos en nuestras mentes que nos transforman en entes vulnerables a lo que se acerca y nos recuerda que somos humanos y que las corazas son inútiles.
A medida que el tiempo avanza logró captar que la percepción es algo trascendental en nuestro día a día. Realmente no podemos saber qué es lo que piensan los demás. Miedo. Una sensación ingrávida que me embriaga y me hace sentir reemplazable y que lo que quiera que haga puede afectar mi futuro. Nada seguro.
Nunca sabemos lo que esconden las miradas.
No lograremos entender las decisiones.
Inseguridad y miedo a soltar las riendas y fluir, dejarse llevar, miedo a fallar.
Miedo a un corazón roto. Miedo a que no te traten como tú crees que te mereces. Miedo al dolor después de la risa. Miedo a sentirse inútil y estúpido.
Intentar mantener el control de las cosas no se puede lograr. La vida son millones de destinos entrecruzados, cientos y cientos de casualidades ubicadas unas junto a otras.
En este preciso instante me siento idiota, por confiar. Confiar. Depositar fe y esperanza en alguien, dejar de sentir miedo de que algún imprevisto nos azote.
Si una cosa he aprendido es que la vida está llena de alegrías y de tropiezos, que estamos aquí para aprender y que sufrir es amor. Lo que no entiendo es el por qué del sufrimiento, juegos, opciones abiertas, miedo a hacer preguntas, miedo a dejar de pensar y comenzar a sentir.
Estoy aterrada y no entiendo nada. No sé si sea el momento de ilusionarme de esta manera para estar en la incertidumbre y que alguien más tome las riendas
Recuerdos, chispazos en nuestras mentes que nos transforman en entes vulnerables a lo que se acerca y nos recuerda que somos humanos y que las corazas son inútiles.
A medida que el tiempo avanza logró captar que la percepción es algo trascendental en nuestro día a día. Realmente no podemos saber qué es lo que piensan los demás. Miedo. Una sensación ingrávida que me embriaga y me hace sentir reemplazable y que lo que quiera que haga puede afectar mi futuro. Nada seguro.
Nunca sabemos lo que esconden las miradas.
No lograremos entender las decisiones.
Inseguridad y miedo a soltar las riendas y fluir, dejarse llevar, miedo a fallar.
Miedo a un corazón roto. Miedo a que no te traten como tú crees que te mereces. Miedo al dolor después de la risa. Miedo a sentirse inútil y estúpido.
Intentar mantener el control de las cosas no se puede lograr. La vida son millones de destinos entrecruzados, cientos y cientos de casualidades ubicadas unas junto a otras.
En este preciso instante me siento idiota, por confiar. Confiar. Depositar fe y esperanza en alguien, dejar de sentir miedo de que algún imprevisto nos azote.
Si una cosa he aprendido es que la vida está llena de alegrías y de tropiezos, que estamos aquí para aprender y que sufrir es amor. Lo que no entiendo es el por qué del sufrimiento, juegos, opciones abiertas, miedo a hacer preguntas, miedo a dejar de pensar y comenzar a sentir.
Estoy aterrada y no entiendo nada. No sé si sea el momento de ilusionarme de esta manera para estar en la incertidumbre y que alguien más tome las riendas
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