martes, 7 de octubre de 2014

Dilema

Querido tú:
Te escribo por aquí para decir algo que no me atrevo a expresarte de otra forma. Quizás porque soy una cobarde y me da miedo cual podría llegar a ser tu reacción. Llevo meses sin saber cómo poder sacarte de mi cabeza.
No sé de qué forma lograste causar ese efecto en mí, pero cada día que pasa no sé si pensar que eres mi perdición o mi felicidad momentánea. Te vas y vuelves como si fuera alguna especie de hobbie para ti. Cada vez que pienso que las cosas van a ser distintas volvemos a caer en el mismo círculo vicioso. Una vez me dijiste que te costaba socializar, no en el sentido de que la gente no te acogiera sino en el sentido de que no te sentías cómodo haciéndolo porque gastabas mucha energía en ello. Quiero confesarte algo, hay veces que me pasa exactamente lo mismo, pero contigo. Siento que tengo que hacer malabares de todos los tipos para poder captar tu atención, cuando las cosas deberían ser tan fáciles.
Puede que yo no entienda por lo que pasas a diario ya que nuestras realidades son muy distintas, pero hay una cosa que sí sé, que cuando uno quiere puede. Que si las ganas están la playa se transforma en montaña y los obstáculos que en otros momentos parecerían rocas gigantes se convierten en simple arenilla. Han pasado muchas cosas y a pesar de que una parte de mi sienta (o quizás es mi puta esperanza) que esta vez va a ser distinto, hay un lado oscuro lleno de inseguridades que me dice que esto se va a repetir una y otra vez. Que quizás ese "discúlpame por haber hecho lo que hice... no estaba seguro" se debe a que yo no soy lo suficientemente buena para ti. Hay más personas que han aparecido con una oportunidad en la frente que me dicen "puedes ser feliz y estar tranquila", sin embargo, tengo miedo de perderte y que esta sea la última oportunidad para ambos.
No sé si jugármelas por un definitivamente tal vez valga la pena si implica que gaste todas mis energías para intentar llenar un lugar que puede que siempre me quede grande. Puede que nunca vayas a estar seguro y me encantaría tener una máquina del tiempo para poder saberlo y no sentir que lo pierdo en este momento.
Pero a pesar de todo, todo me lleva a ti. Una canción, un gesto, una palabra, una serie de televisión. Cuando decidiste irte de la peor manera y cerrar la puerta no tenía expectativas de que volvieras... total nadie vuelve, nadie mira atrás. Estaba tranquila. Con pena, pero tranquila. No quería hablar de ti, no quería tocar los recuerdos, no quería odiarte a pesar de que lo hice-por 3 días, pero algo es algo- no quería asumir que te habías ido. Cuando volviste, lloré de shock, no sabía que hacer.
Era como estar dentro de un sueño muy extraño, pero sabía que estaba pasando y me confundí más que con las preguntas que me hacía : ¿por qué te fuiste? ¿hice algo?
Ahora estabas ahí y no sabía si quería volver a lo mismo, pero esperabas una respuesta y en parte quería dártela. Yo tomé la decisión de volver a lanzarme a la piscina pensando que las cosas serían distintas, y lo son. Conozco lo peor y aún así te quiero. Me pones feliz, pero también haces que me sienta insegura. No hay día que no piense que te puedo perder. Pero hay algo que no ha cambiado. Tú.
Ese espíritu libre que aunque me encante, me aterra. Esa libertad y pasión por tu espacio libre que a pesar de que lo encuentre refrescante, quiero llenarlo que sea de vez en cuando. Ese carácter y determinación. Esa independencia y sutileza. Nunca sé qué estás pensando, pero confío en ti. Quiero confiar en ti inclusive cuando hay mil razones para no hacerlo. Nos parecemos tanto y a la vez nada.
Solo necesito respuestas y mi problema en este momento es que no se si podrás dármelas. Quieres vivir el momento pero siento que ya he pasado mucho tiempo esperando y la situación sigue inflexible. No puedo esperarte toda la vida porque sino la vida se me va a ir. Ambos somos jóvenes pero sé que sería capaz de esperarte mucho más. No ifinitamente claro está, pero cada día tiene que ser como el último y me siento en pausa. Quiero avanzar pero estás ahí... un pie dentro y otro fuera ¿Te atreverás a saltar conmigo o simplemente decidirás dar un paso atrás?
Esto es lo que pienso y esta carta probablemente nunca te llegue, pero de cierta forma este masoquismo de callármelo no durará mucho más. El frenesí no dura para siempre. Tendré que decírtelo cuando consiga las agallas.

Un beso


miércoles, 16 de julio de 2014

La verdad duele y los pensamientos también

Hoy vi un programa en el que hablaban de los quiebres en las relaciones y cómo había que enfrentarlos. La verdad nunca es fácil y cuesta admitir que en ocasiones la otra persona no quiere tenernos más en su vida. Es algo natural y humano, pero el ser humano no está preparado para entenderlo y nos enredamos buscando un por qué. "¿Será acaso porque hice algo mal?" Enjaulamos nuestros pensamientos y buscamos razones y respuestas a preguntas que realmente no queremos que sean contestadas.
Nos atamos a personas. No sabemos cómo ni cuando alguien se hace indispensable, pero cuando se marcha o cuando uno no sabe qué estará atravesando la mente del otro, nuestra mente es nuestro peor enemigo...
Nos pasamos película y media para evitar pensar en razones reales. Pasamos por etapas: negación ( inventamos un paraíso para evitar afrontar la verdadera realidad), depresión (nos planteamos el peor escenario posible) e incluso nos bajamos el autoestima.
Nos planteamos mil y un posibilidades porque queremos creer que hay un destino no escrito y que las cosas pueden cambiar. Sin embargo la pesadez sigue con nosotros como una conciencia constante. En el silencio te pienso a gritos, y en silencio me quedo en el día.

miércoles, 2 de julio de 2014

Miedo

Hay un miedo irracional que nos ataca cuando menos lo esperamos. No lo podemos controlar, simplemente lo sentimos y no podemos escapar de él.
Recuerdos, chispazos en nuestras mentes que nos transforman en entes vulnerables a lo que se acerca y nos recuerda que somos humanos y que las corazas son inútiles.
A medida que el tiempo avanza logró captar que la percepción es algo trascendental en nuestro día a día. Realmente no podemos saber qué es lo que piensan los demás. Miedo. Una sensación ingrávida que me embriaga y me hace sentir reemplazable y que lo que quiera que haga puede afectar mi futuro. Nada seguro.
Nunca sabemos lo que esconden las miradas.
No lograremos entender las decisiones.
Inseguridad y miedo a soltar las riendas y fluir, dejarse llevar, miedo a fallar.
Miedo a un corazón roto. Miedo a que no te traten como tú crees que te mereces. Miedo al dolor después de la risa. Miedo a sentirse inútil y estúpido.
Intentar mantener el control de las cosas no se puede lograr. La vida son millones de destinos entrecruzados, cientos y cientos de casualidades ubicadas unas junto a otras.
En este preciso instante me siento idiota, por confiar. Confiar. Depositar fe y esperanza en alguien, dejar de sentir miedo de que algún imprevisto nos azote.
Si una cosa he aprendido es que la vida está llena de alegrías y de tropiezos, que estamos aquí para aprender y que sufrir es amor. Lo que no entiendo es el por qué del sufrimiento, juegos, opciones abiertas, miedo a hacer preguntas, miedo a dejar de pensar y comenzar a sentir.
Estoy aterrada y no entiendo nada. No sé si sea el momento de ilusionarme de esta manera para estar en la incertidumbre y que alguien más tome las riendas

jueves, 3 de abril de 2014

Aceptar las sombras

Esta semana ha habido un tema crucial en mi mente. Tanto en clases como en mi vida personal he estado pensando en lo circunstancial que es aceptar lo que hemos vivido, sea bueno como malo, y nunca pretender como que muchas cosas no ocurrieron.
Hace un año o un poco más en realidad, conocí a un tipo repentinamente. Literalmente golpeó la puerta de mi casa. Era amigo de un amigo y llegó a una fiesta. De entrada no hablamos mucho y a pesar que me avergüence decirlo, el "Rock Band" y unas cuantas canciones de Rock ochentero y de los noventa nos unió. Él jugaba con la guitarra y yo con la batería. Todo pasó muy rápido y sin notarlo estábamos conversando los dos solos en mi terraza. Él me miraba casi con admiración y me cohibí porque sinceramente en aquel entonces tenía un autoestima muy baja y no estaba acostumbrada a coquetear.
La noche empezó a pasar y algo raro me pasó, sentí como que él realmente me entendía. Su nombre era Felipe. Estaba saliendo del colegio y a mí aún me quedaban dos años. La diferencia realmente no era tanto y nos reíamos demasiado. Me dijo que me invitaría a tomar helado y le creí - sonaba sincero. Al día siguiente esperé que me agregara a facebook, pero nada... finalmente decidí tomar la iniciativa (algo que quizás no haría actualmente) y le envié una solicitud.
A las pocas horas me envió un mensaje que decía: "No era que yo te tenía que agregar? O quizás no lo recuerdo bien"
Finalmente me reí cancelé la solicitud y el terminó agregándome. La conversación siguió por unos días hasta que el me contó que se iba de vacaciones muy pronto y que no tendríamos oportunidad de vernos. Así como empezó sentí que terminaba. Comencé a salir con alguien más pero no era lo mismo, no había química y esa única cita terminó rápidamente.
Cuando había perdido las esperanzas de volver a hablarle apareció diciéndome que estaba en la ciudad nuevamente. No quería contestarle porque él ya había vuelto hace 4 días y no me había dicho nada, pero al notar que no le respondía me siguió hablando hasta que preguntó "Ya te olvidaste de mí?"
Comenzamos a hablar y fue como si nunca hubiese habido un lapsus. Nos conectamos en un nivel extraño porque tan solo nos habíamos visto una vez. Empezamos a hablar todos los días y nos llamábamos por teléfono de vez en cuando. Él empezó a preguntarme incluso lo que iba a hacer para San Valentín y cada día comenzó a atraerme más y más.
Sabía que en el fondo podía estar pasando un rollo gigante en mi cabeza, pero realmente sentía como si a Felipe le ocurriera lo mismo.
Todo comenzó a fallar cuando yo me fui de vacaciones también. El 14 de febrero se aproximaba y él estaba cada vez más extraño. Lo presentí una mañana cuando él me dijo que su ex había tenido un accidente. Algo dentro de mí lo intuyó. Él aún no la superaba.
Una de esas noches conocí a un tipo que se llamaba Javier. Lo había visto de lejos el verano pasado y lo había encontrado guapo. Javier pidió mi número y me estuvo llamando mucho. La noche del 13 de febrero nos besamos y me sentí muy culpable. A mi me gustaba Felipe en el fondo.
A pesar que temía hacerlo le conté a Felipe lo que pasó y él me dijo que tenía algo que contarme y que le gustaba una niña que no era yo. Después de 4 horas de conversación y yo llorando a mares, habíamos quedado en buena pero sin ser amigos ni nada. Al día siguiente me llamó y me siguió buscando por semanas. Me llamó una noche ebrio y me dijo que él realmente me quería a mí que su ex ya no le importaba. Ahora y después de lo que pasé quizás mis reacciones habrían sido diferentes. Fui pesada e inmadura y a veces lo extraño mucho. Ya no nos hablamos y probablemente él me odia por todas las cosas feas que tuve que decirle para que no me hablara y me dejase de hacer daño.
Ha pasado tiempo, tuve mi primera relación y sigo pensando en Felipe. La pregunta ahora es ¿Por qué? Él era quien siempre volvía. Luego de nuestra última conversación pasaron 7 meses y lo volví a ver en un concierto. Se me paró al lado y no nos dijimos nada. No sé si fue miedo o rencor, pero definitivamente él notó mi presencia.
A pesar de que él me hizo sufrir y en muchas ocasiones jugó con mis sentimientos tengo que admitir que sucedió y que mirar conversaciones que tuve con él me ayudan a entender mi presente y a no cometer los mismos errores nuevamente.
Muchas veces se ha dicho que es necesario aceptar el pasado para finalmente avanzar y poder soltar. Quizás aún no soy capaz de encontrar el cierre a ese ciclo y probablemente me lo vuelva a topar en el futuro. Puede que no ocurra nada... pero él siempre va a significar mucho porque fue la primera persona que me brindó confianza en mí y que me enseñó a ver que yo si valía la pena. Que no bastaba más de 3 horas para identificar algo realmente especial en mí.
Luego de él han habido malas experiencias y actualmente estoy pasando por un período de miedo insensato al compromiso. No miedo al amor sino al desamor. A no tener tema de conversación o a simplemente cerrar las puertas a alguien más. Quizás el Felipe indicado aún no llega. Pero solo se que en el fondo no puedo pretender que cometí errores, todos lo hacemos, el tema está en aprender de ellos y a no negarlos, porque no aceptarlos nos estanca en un punto de miedo a enfrentarte a esas personas o situaciones nuevamente.
Tuve el corazón roto y sobreviví. Conocí personas que no valían la pena a quienes les di mi confianza y sigo viva. Solo espero que alguien haya sido capaz de leer hasta acá.

domingo, 9 de marzo de 2014

No sé bien como manejar lo que siento

Sinceramente no sé porque escribo, pero no tengo donde más sacar esto que estoy sintiendo.
Siento que estoy flechada a la persona que no debería... a la que vuelve de vez en cuando y me confunde. En cierto modo sé que él nunca tendrá las agallas para estar conmigo, porque aunque me cueste admitirlo, para él simplemente soy una opción.
No sé cómo decirle que se aleje de mí y que no me confunda... Tal y como dice la canción de Camila : "Llegas cuando estoy a punto de olvidarte ". Nunca noté cuan enganchada estaba. Creo que soy capaz de notarlo ahora. Simplemente no puedo decírselo.
Puede que sea miedo, a lo que me pueda decir, al rechazo, o a la aprobación. No estoy preparada quizás, pero el simple hecho de verlo a lo lejos, soñar con él o lo que sea me hace sonrojar.
Por otro lado está el típico hombre que aparece en cuentos de hadas. Deportista, sano, tierno y lo más importante, me hace sentir como una princesa. De pronto no sé que pensar o hacer, pero no quiero detener mi vida por una persona que no se las juega por mí y que en el fondo para mí es un pastel pero para otra es el bombón. No quiero ser la segunda opción de nadie, pero ¿Cómo le hago entender a mi corazón eso? ¿Cómo le digo a él que no me hable cuando eso es lo que inconscientemente espero?

sábado, 11 de enero de 2014

Es difícil

Es difícil explicar un sentimiento. A fin de cuentas no existen mediciones ni palabra que puedan abarcar lo que el miedo, amor o diversas emociones generan en nosotros. Todo miedo, toda amor y cariño es diferente. Las causas son las únicas cosas que se pueden explicar.
Cuando el momento de pedirle a alguien que empatice contigo, que intente entenderte y le abres tu corazón e intentas que mire dentro de ti cuesta entender que esa persona ha pasado por otras cosas, otras vivencia, diferentes historias y es por ello que es difícil que logren comprenderte, ponerse en tu lugar.
Uno pasa por la vida y conoce mucha gente. Estas personas entran y salen de tu vida y a fin de cuentas es una decisión mutua la elección de quedarse en la vida del otro.
Cuando uno llega a confiar en la otra persona de tal manera que dedicas gran parte de tu tiempo para alimentar esa relación cuesta ver como la otra persona al tomar caminos diferentes avanza... "goes on", así es como se diría en una película romántica inglesa. Es difícil. Sobretodo si esta persona piensa que la definición de avanzar es casi olvidar.
Siempre he creído que todo ocurre por algo, y es por eso que creo que los recuerdos, fotos y conversaciones deben de ser recordadas porque es de ellas que uno aprende.

Llega la noche y pienso
Recuerdo
Esto parece más bien un tormento
¿alguna vez me recordará?

Esas son las palabras que se acercan a mi mente. No son deseos de volver al pasado sino que es un sufrimiento que proviene de la angustia de ser olvidado. Superar uno primero puede resultar fácil, y al no recibir noticias de la otra persona uno cree que puede ser fácil, pero lo difícil es estar en contacto constante con lo que esa persona es ahora y saber que no eres parte de su presente ni su futuro, que esa persona ya avanzo y que tu no eras indispensable ¿Será que en el fondo todos somos reemplazables?
Este dolor proviene del ego, de esa pedantería intrínseca que uno posee en el alma, en las sombras del ser humano. El no poder creer que alguien te supera y que avanza como si tu fueses tan solo un capítulo pequeño en su vida. Espero poder abandonar mi ego, mi autorrespeto pero cuesta tanto cuando uno sabe que se merece algo mejor.
Todos los esperos expuestos en esta reflexión se reducen a un ESPERO ALGO MEJOR.
¿Será que esto es lo que merezco? Quizás no, pero tengo la fe que estas son experiencias para avanzar y madurar. En algún momento el dolor se hará a un lado, y será ahí el momento en que humildemente mirarás hacia atrás y pensaras que las cosas no podrían haber sido de otro modo y darás las gracias.
En este momento esta persona aún está en mi presente aunque no lo desee, pero aunque uno pueda escapar de las redes sociales, de las fiesta donde sabes que uno se puede encontrar, de los lugares que frecuenta e incluso eliminar fotos, números de teléfono, conversaciones... los recuerdos quedan y la peor prisión se convierte en tu propia mente. No poder escapar d elas inseguridades y miedos que te inmovilizan y no te dejan avanzar al fin y al cabo. No poder escapar de tus sentimientos y de las emociones que sentiste y de las cuales no estás seguro si aún las sientes... inclusive cuando estando juntos como amigos o algo más tampoco tenías la certeza de sentir.
Intentar distraerse puede resultar difícil cuando es tu propia mente la que te persigue a todas partes. Cada canción y situación te recordarán aquello que te causa el dolor, pero hay que ser fuerte y poner el pecho a las balas. Lo siento, perdóname, gracias y te amo.

martes, 7 de enero de 2014

Me quiero desahogar

Primero que todo quiero decir feliz año nuevo.
Esta entrada será algo distinta... realmente necesito desahogarme.
El fin de año y el inicio de este ha estado complejo por diversas razones. Todo inicio a inicios de agosto. Conocí a un tipo que pensé sería distinto. Me invitaba a salir y parecía tener todo resuelto en su mente. Se veía como alguien decidido y junto a él todo parecía ser sencillo. De pronto, a medida que el tiempo comenzó a pasar comenzó a comportarse distinto , en otras palabra se "dejó estar". Realmente nunca sabes lo importante que va a ser alguien hasta que las circunstancias se dan.
A él yo lo "conocía" de nombre por unos amigos que teníamos en común. Cuando lo vi noté que era realmente apuesto. La única manera en que puedo describir el por qué que tantos me preguntaron de mi flechazo es porque el estuvo ahí cuando otros no y me ayudo a creer cuando ya perdía las esperanzas de creer que yo si valía la pena.
Debe ser que quizás en el fondo no m quería lo suficiente como para darle tiempo al conocernos, pero todo pasa por algo así que proseguiré.
Cuando comenzó a cambiar me puse intranquila y comenzó una relación bastante tormentosa en lo que los momentos de alegría equivalían a las peleas y rabias y decepciones. Él no sabía nada del amor y supongo que yo tampoco. La mayor diferencia eran las ganas que cada uno le ponía. Yo lo quería mucho, no sé si lo amaba, pero lo quería mucho. Me dolía su frialdad y el hecho que no me quisiera de la misma forma en que yo lo quería. Poco a poco eso comenzó a romper algo dentro de mí y me sentía insegura. Sus amigas eran hermosas y rara vez el me decía que me veía linda a pesar que pasaba horas arreglándome. No le daban ganas de llamarme o de juntarse más seguido por lo que comencé a sentirme poco deseada. En realidad estuvimos casi 4 meses juntos, pero el último fue horrible. Ya no sentía lo mismo. Lo miraba y todo se sentía distinto, sentía como que ese no era mi lugar. Una noche un ex amor platónico al que renuncié para estar con mi pololo o novio de aquel entonces me habló y me dijo que el me había correspondido. Podría haber sido él o cualquiera en realidad, pero me hizo cuestionar toda la relación. Quería terminar con él. Todas las promesas que me había hecho de que iba a intentar jugárselas más por mí eran falsas... me rompió el corazón en cierta forma... no podría decir que él fue mi primer amor porque en el fondo la relación tuvo tantos bajos que en realidad el típico período de luna de miel no existió. Terminamos un día después de cumplir mes de estar oficialmente juntos y sinceramente creí que iba a quedar todo tranquilo, pero verlo en línea me dejaba intranquila así que lo eliminé. Pero eliminar a alguien de tu vida es mucho más difícil que eso. Al momento de terminar todo fue de mal en peor. Tenía rabia porque descubrí a alguien nuevo atrás de alguien a quien creí conocer. Luego de tres días de terminar él ya estaba saliendo con otra y a pesar de que me prometió al iniciar la relación que nunca me odiaría y cuando pronunció las palabras "Te amo" una semana antes el pretendió como que nada había sucedido. Ahora me bloqueo de su vida y eliminó todo rastro de mí e incluso de mi hermana. Yo solo le deseaba lo mejor pero estoy confundida. Añadiendo a esta situación mi abuelita regalona falleció hace unos días y se me partió el alma. Él por su parte siguió bloqueandome de cada red social como si fuese a perseguirlo o a quererlo de vuelta. Nunca volvería a eso. Nunca volvería con él por la simple razón que me quiero más a mi misma de lo que lo quise a él... sinceramente él no me merecía.
Por otro lado el niño que provocó que dudara todo se alejó también. No sé si puedo confiar en los hombres. Quiero pero me resulta sumamente difícil. Espero que todo se solucione y que sea feliz con la niña nueva... espero que deje de odiarme porque yo no lo odio, pero tampoco lo quiero cerca. Espero que mi amor platónico se vuelva valiente . Por sobre todo espero dejar todo esto atrás pronto. Quizás nadie vaya a leer esto pero me sirvió para desahogarme y también para dejar constancia de lo que siento y de lo que estoy aprendiendo hoy para convertirme en una mejor persona.

lunes, 16 de diciembre de 2013

El final se acerca

Notar que todo está mal y que siga estando mal.
Impotencia
eso es lo que es
no lograr entender en qué momento todo se pudrió tanto y estar ahí, en la incertidumbre de no saber cuando se acercará el fin.
Nos amarramos a la situación favorable de la resurrección.
Se creen tan católicos y no practican lo predicado.
¿qué es el perdón cuando hay tanta ira?
Nos miramos las caras y seguimos sin lograr ver en nuestras almas… la pureza es efímera y el concepto bueno o malo se borra, se desvanece.
Es ver que la chimenea se apaga y no ponerle más leña. Estar en medio de una carretera y estar casi sin gasolina y abandonar , pedir que te lleven y sin siquiera intentar empujar un poco más, porque tan sólo a unas cuadras había una gasolinera.
Es rendirse, es bajar los brazos, es no querer intentar.
Algunos le llaman comienzo nuevo. Otros le llaman evolución, y está bien, es válido, pero ¿en qué momento se tomo aquella determinación?
Ahí estaba Elena, mirándose la punta de sus zapatillas sucias por algún pisotón que le dio el bautizo cuando estaban nuevas. Hacía calor, lo que contrastaba con la sensación de vacío que ocupaba todo el espacio. Sí, hubiese sido óptimo que lloviese pero la realidad era otra y esta historia debía ser contada en una situación igual de inadecuada.
Palabras no dichas, sentimientos ocultos, máscaras frente a un mundo cínico que tiembla dentro de sí, que se quema por dentro del solo miedo de pensar que pueden ser abandonados.
Elena tenía muchos pensamientos en su interior, quería gritar pero no era ni el momento ni el lugar. Toda su familia se encontraba a su alrededor y tal y como buen cliché se sentía sola.
A sus 16 años creía haber encontrado la amistad y el amor, pero al toparse con un quiebre inevitable ( o eso sentía que se avecinaba) logró que aquellos pensamientos se comenzaran a alojar en su interior.
Un escudo que cree proteger el no ser dañado. Un viaje en busca de llenar un vacío que dentro del alma solo puede ser cubierto por amor… amor en uno mismo, buscar en otros lo que uno tiene dentro.
Elena realmente no entendía que comenzaba a ocurrir con la gente que la rodeaba. Un día todo estaba bien y al otro la intuición le indicó lo contrario. La distancia entre ella y quienes la rodeaban cada vez se hacía más grande y ella ya no sabía si dejarlo pasar o intentar aferrarse. Cualquiera que hubiese sido su decisión ,el final sería el mismo, lo sentía en su interior como una verdad absoluta que la carcomía y que no la abandonaba ni en su estado de sueño.
¿Cuándo será el día en que seamos capaces de vivir sin remordimientos, transparentes?
Un cristal a punto de ser quebrado, algo que comienza a hostigar y que trepa por nuestro interior y nos dice ya basta ya fue suficiente.
Ella sabía que la dependencia en los otros no era lo que le correspondía, sin embargo comenzó a depender día a día más de ese grupo: Francisco con sus bromas sarcásticas, Sebastián con su risa contagiosa y sus abrazos reconfortantes, Gonzalo con sus rulos que rebotaban y el chiste en la punta de la lengua, Aranza con sus caras de loca e ideas inapropiadas en situaciones inconvenientes y por supuesto Lucas, su mejor amigo que parecía cada vez más un extraño para ella.
Crecer... Eso debía ser. Al fin y al cabo esa era la explicación que todos le daban. Elena poco a poco comenzó a apartar la mirada de sus zapatillas y conversar con sus familiares.
La máscara invisible cubrió su rostro y todo volvió a estar bien.

Capítulo 7


“Ámame cuando menos lo merezca, ya que será cuando más lo necesite”
Anónimo

Según sicólogos

¿En tú opinión, cuál es el ambiente más propenso para que un adolescente se desarrolle bien?

 En uno con límites claros, reglas definidas, en el cual los padres actúen en bloque de democracia en la toma de decisiones importantes en las que él esté involucrado.
Un ambiente en el que haya diálogo y en el que él pueda manifestar sus dudas inquietudes y que éstas sean escuchadas y atendidas.
El mejor estilo de crianza es el democrático, en el que el niño tenga participación, pero que hayan límites con amor y que él se haga responsable, a su vez, de sus actos y decisiones en un ambiente armonioso, donde exista respeto y amor. También debe de haber tolerancia y un diálogo democrático.

¿Qué le dirías a un adolescente, que vive en una situación en la cual sus padres se están separando y al individuo en cuestión se le involucra en los problemas de los mismos padres?

Le diría que es difícil probablemente que sus padres se estén separando y que ellos pueden sentir que fracasaron y que es probable que uno de ellos siga amando al otro, por lo que todo se vuelve más complejo.
Al adolescente le diría que lamentablemente ellos están enojados el uno con el otro (dolidos) y que en ese momento les cuesta asumir responsabilidades y que están buscando cariño que reemplace el del antiguo ser amado.
Un consejo sería que el niño hablase con ellos y les hiciera ver que así como él puede ver el dolor que hay detrás de sus actos, el que lo pongan a él en medio lo llena de pena y lo hace sufrir mucho, ya que él los quiere a ambos y que si ellos se van a llevar mal , que peleen entre ellos y que lo dejen fuera de eso.
   A los padres les haría ver y entender el daño que le hacen a su hijo al ponerlo en medio y hacerlo elegir entre ambos. Les explicaría la difícil etapa por la cual transita su hijo, en la que necesita seguridad básica y contención. Es fundamental para consolidar su identidad que se desarrolle en una buena situación. Les haría tomar conciencia de las nocivas consecuencias que puede tener la triangulación a la que lo someten y que los problemas deben de intentar arreglarlos entre ellos. Lo más importante es darles a entender que los demás intentan comprender por lo que pasan y las frustraciones que sienten al pasar por una separación.

Historia

Al volver a mi casa, ya habían cenado todos.
Esperaba que mi madre me castigara por llegar tan tarde, pero en cambio sucedió algo que me sorprendió.
-Hija – dijo mi madre desde el sillón de la sala – te guardamos panqueques.
Me ¿sonrió?
Yo esperaba que me retara por llegar tan tarde, pero me sorprendí encontrarla sentada junto a mi padre viendo televisión de lo más normal.
Me dirigí a la cocina y sonreí al ver que habían dos panqueques guardados junto a un vaso de leche.
Me hizo recordar mi niñez.
Crecer apesta. Si tan sólo pudiera ser como Peter Pan, pero esas cosas sólo ocurren en los cuentos.
Mi madre entró en la cocina.
-Te los preparé de manjar – dijo con una sonrisa.
Me levanté y la abracé.
En un inicio se sobresaltó, pero al instante me lo devolvió.
-¿Qué ocurre? – preguntó.
-Me acordé de cuando era pequeña y me preparabas panqueques.
-¿Quieres que ponga música? – preguntó graciosa y fue como si tuviese 15 años menos.
Asentí.
Nos pusimos a bailar y aquello es de los mejores recuerdos que guardaré en mi memoria por el resto de mi vida.
Por aquel instante fue como si los problemas no me alcanzasen , pero luego recordé lo que había hablado con Toño en el parque.
-Mamá, tengo que hablar contigo sobre algo – le dije luego de un rato.
-¿Qué sucede? – dijo bajándole el volumen a la música.
-Sé que hablamos al respecto, pero siento como si estuvieses decepcionada de mí.
-No es eso, simplemente me cuesta asimilar que ya no eres mi bebé – me dijo dulcemente y noté que decía la verdad.
-Sé que cambié, y estoy contenta con lo que soy ahora- dije.
-Mientras tú seas feliz yo también lo seré desde hoy en adelante. Pero creo que tenemos que tomar acuerdos en relación a los permisos y horas de llegada.
-Bueno.
Me quedé tranquila en relación al tema de mi madre y me fui a mi cama ya exhausta. En el día habían ocurrido muchas cosas.

Narra Antonio

Me despedí de Abril y me dirigí a mi casa.
En la entrada noté que estaba el auto de mi padre.
-¡Ándate! Déjame a mí y a mi hijo tranquilos de una vez y ándate con tu nueva mujer – gritaba mi madre furiosa desde el interior de la casa.
Estaba harto de sus peleas.
Pensar que la había pasado fenomenal hoy, y llegar a la casa donde se supone todo debe ser tranquilo y encuentro a mis padres peleando nuevamente.
-¡También es mi hijo! –Gritaba de vuelta mi padre.
Entré enfadado a mi casa.
-¿No era que no se pelearían más en esta casa? – les dije molesto.
Ambos me miraron atónitos.
Obviamente no se esperaban que yo entrara a la casa.
-¿Eh? – los miré fijamente a ambos - Estoy harto de sus pelas, porque si no lo notan, me hieren. Toda mi vida acostumbrado a que estén juntos y de un momento a otro se separan. Me duele, ¿No lo entienden? – les pregunté  sumamente enojado.
-Hijo, no fue nuestra intención que nos escucharas – dijo mi padre.
-Pero lo hice – lo interrumpí – y el tema no es que lo escuche o no, el tema es que lo hacen. Si miran fuera de su burbuja, pueden notar que el mundo sigue girando.
-Tampoco es necesario que me hables en ese tono – reprochó.
-En verdad papá, ustedes son muy injustos, porque ni siquiera puedo hablar con alguien sobre esto, por la imagen que ustedes quieren proyectar- miré a mi madre y tenía lágrimas en los ojos.
No quería agrandar más el problema, pero me habían agotado con sus peleas.
-Discúlpanos hijo– dijo mi padre.
-Los disculpo si me prometen que no van a pelear más en esta casa – los miré y ambos accedieron.
-No te queremos herir hijo, tienes que tenerlo claro – dijo mi madre un poco más tranquila. – Nosotros te amamos.
-Tu madre tiene razón – accedió mi padre.
-Gracias – les dije a ambos y me dirigí a mi habitación a escuchar música.

***
Al día siguiente me levanté temprano.
No sé por qué razón quería ver a Abril, pero sin pensarlo dos veces le mandé un mensaje de texto.
-Estás ocupada hoy?
Al instante recibí un mensaje de vuelta.
-No, hagamos algo?
Yo pensaba invitarla, pero se me adelantó.
-Bueno, quieres ir
al cine hoy?
Me respondió que si y acordamos de juntarnos cerca de las seis allí.

Narra Abril

Me puse muy nerviosa al recibir los mensajes.
-Mamá, me invitaron al cine ¿Puedo ir? – le pregunté intentando ocultar mi ansiedad, pero obviamente no resultó.
-¿Quién te invitó? – dijo intrigada.
-Un amigo – me sonrojé.
-¿Qué amigo? – dijo notando que me gustaba.
-Antonio- dije imitando la forma en que lo decía.
-¿Él no va en el nivel de tu hermana? – dijo recuperando el tono de voz normal.
-Sí – me sonrojé aún más.
-Es un buen niño, aprobado – en realidad no buscaba que lo aprobara, pero mucho mejor si lo hacía.
-¿Me dejas ir o no? – le pregunté.
-Pero claro – me dijo sonriente – y ¿Qué piensas ponerte?
-Lo que llevo puesto – le dije como si fuese obvio.
-¡ESTÁS LOCA! – me dijo como si fuera una broma - ¿Por qué no te pones un vestido?
-¿Qué importa lo que me ponga si dentro del cine está todo oscuro? – le dije entre risas.
-Luego de almorzar yo te ayudaré a prepararte – dijo dándolo por sentado.
***
Luego de estar alrededor de hora y media arreglándome, pude salir del baño.
En realidad encontraba que era innecesaria tal producción, ya que dentro del cine todo iba a estar oscuro, pero al momento de mirarme en el espejo recibí una gran impresión.
Me veía hermosa – aunque pareciera narcisista – mucho más que Catalina u otras niñas de mi colegio.
Me puse una falda blanca con una polera azul. Mi madre me maquilló y me peinó. En los pies me puse unas sandalias y encima me puse un chaleco blanco.
Mi mamá me fue a dejar al cine y al llegar me despedí de ella.
Entré al recinto, el cual tenía techos altos y en las paredes estaba la cartelera de las películas. A la derecha estaba la boletería y a su lado el sitio donde vendían comida.
De pronto alguien me tapó los ojos.
-¿Quién es? – preguntó Toño.
-Toma la cartera, pero no me hagas nada – dije riendo.
-Ja, ja, chistosita – dijo riendo.
-Antonio? – dije como si no fuese obvio.
Me soltó y me saludó con un beso en la mejilla.
-Te ves muy linda – dijo abriendo los ojos.
-Gracias – me ruboricé un poco.
-¿Qué película quieres ver? – me preguntó.
- Esa – apunté la cartelera de una película que parecía chistosa.
-Espérame – se dirigió a la boletería y pude notar lo que llevaba puesto.
Estaba usando unos jeans desgastado, un chaleco escote en V de rayas negras y grises y unas zapatillas blancas con gris.
En realidad se veía muy bien, lo que hizo que volviese a ruborizarme cuando me pilló mirándolo. Luego fue a comprar cabritas y dos bebidas.
-¿Cuánto te debo? – le pregunté dispuesta a pagarle la mitad.
-Nada – dijo sonriéndome.
-¿Cómo nada? Déjame pagar las cabritas que sea- dije  pero me interrumpió.
-¡Hey! Yo te invité, déjame pagar – me dijo para luego caminar hacia la entrada.
Nos sentamos en unas butacas en el centro de la sala.
La película estaba por comenzar, por lo que bajaron las luces.
Estaba muy nerviosa, pero agradecí a Dios que la película empezara rápido.
Cuando estaba sacando cabritas, sin querer nos rozamos las manos, pero ninguno de nosotros las retiró.
La película resultó ser de suspenso, por lo que me asusté en algunas partes y él me abrazó, lo que hizo que mi corazón se acelerara, pero al instante noté que no sólo era mi corazón el que latía rápidamente, sino que el de él estaba igual o incluso más acelerado.
Nos tomamos de la mano y en verdad sentía que la alegría se desbordaba por cada uno de mis poros.
Hace mucho que no me sentía tan feliz.
En el momento en que los protagonistas de la película se besaron, nos miramos, pero no hicimos nada, aunque sabía que él también tenía ganas de besarme.
Cuando la película finalizó, salimos y ya había oscurecido.
Nos dirigimos hacia una fuente que estaba dentro del centro comercial en el cual se encontraba el cine.
Seguíamos abrazados. Pero ambos estábamos callados.
-¿Hablaste con tu mamá? – me preguntó para romper el hielo.
-Sí, aclaramos todo – lo miré hacia arriba, ya que me pasaba aproximadamente por una cabeza.
Al seguir caminando recogió algo, pero no noté bien qué era.
-¿Cómo va todo el tema de tus padres? – le pregunté a su vez.
-Ayer los encontré peleándose, pero les hice prometer que no pelearían más en la casa – me dijo un tanto complicado – sólo espero que todo mejore ¿sabes?
-Entiendo la sensación y tú sabes que puedes contar conmigo en lo que sea.
Al fin llegamos al borde de la fuente, donde había más luz y pude contemplarlo mejor.
De pronto comenzó a acercar su mano a mi rostro. Me corrió el pelo de la cara.
-Toma. – me dijo tendiéndome una flor.
-Gracias – dije tomándola torpemente.
-¿Te puedo decir algo? - dijo nervioso – Me encanta que seamos amigos, pero…
-Pero…¿?
Estaba muy nerviosa.
Lo único que quería era que dijera algo como “me encantaría ser algo más “ o que tan sólo dijese algo.
Mientras pensaba, ocurrió algo inesperado.
Me besó. Mil mariposas nacieron en mi estómago. Claramente se lo correspondí, y me dejé llevar por el momento. Era como si calzáramos, como dos piezas imperfectas calzando en un todo perfecto. Era mi primer beso.
Al instante de separarnos nos miramos y él dijo:
-Me encantaría que fuésemos algo más.- completó la frase.
Me ruboricé al igual que él.
-¿Qué opinas? – preguntó.
Le respondí acercándome nuevamente y besándolo.
Sinceramente no sabía lo que podía pasar. Antonio me gustaba, pero aquello no significaba que íbamos a estar juntos para toda la vida tampoco. Lo único que sé es que estar junto a él me ponía feliz y que podría pasar días hablando con él sin aburrirme.
Respecto al tema de mi actitud, haré todo lo posible por mantener siempre mi personalidad, ser sincera y no engañar a nadie.
Hoy decidí estar con él, mañana eso podría cambiar, quién sabe las cosas que me deparará el destino. Sólo soy una adolescente,  tengo la vida por delante para tomar decisiones. Tengo la vida entera para formar relaciones, amistades con buenas bases y una buena actitud en relación a mi familia.
Éste a su vez iba a ser un recuerdo que guardaría el resto de mi vida, porque eso es lo que uno puede hacer, guardar memorias, ya que todo puede cambiar.


“Nada es permanente a excepción del cambio”
Heráclito

hace mil no pasaba por acá

se me había olvidado la contraseña. Realmente tampoco había sentido ganas o el anhelo de publicar públicamente mis reflexiones. He cambiado mucho e igualmente sigo escribiendo. Últimamente me he puesto a pensar en todas las cosas que he dejado de lado, y escribir había sido una de ellas. Mi estilo ha cambiado y me siento mucho más madura ahora. Dejé el blog de lado porque sinceramente estaba muy inexperimentada para seguir escribiendo sobre algo que aún no había vivido y que era algo meramente utípico e idealista. El amor o lo que sé de él.
Antes solía creer que el amor era algo simple, que la gente lo convertía en algo complicado... que la gente sufría por amor, que la gente luchaba por amor, y que cuando se sentía amor era correspondido. Ahora comprendo que aquello se escapa de la realidad. A medida que fui creciendo cada vez se volvía más compleja su definición y que no todo el mundo es sincero, que no todos son transparentes y que muchas veces la gente tiende a culparte de sus propios errores. Ahora colocaré el fin de la novela que dejé de lado y comenzaré a hablar de mi historia, de lo que me agobia y lo que siento. Quizás no tendrá una continuidad como capítulo a capítulo pero eso sí puedo asegurar que todo lo que escriba serán sentimientos auténticos. Probablemente me den ganas de iniciar una novela pronto... pero quizás no tan pronto. No sé. Si hay alguien que siga leyéndome le doy infinitas gracias, si no, este es un buen medio para desahogarme y quizás para que alguien perdido lo encuentre y se sienta comprendido.